Quito, capital de Ecuador, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978 gracias a su centro histórico, uno de los mejores conservados y más extensos de América Latina. Fundada en 1534, combina arquitectura colonial, arte barroco y tradiciones indígenas. Sus iglesias, plazas y conventos reflejan una rica fusión cultural, destacando como testimonio de historia y patrimonio andino.